El brillo, la fuerza y la suavidad nacen de una rutina simple, equilibrada y basada en la ciencia, no en los mitos
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Tener un cabello sano y brillante no depende de gastar fortunas ni de seguir complicadas rutinas virales.
Según las tricólogas Eva Proudman (UK Hair Consultants) y Tracey Walker (Hair and Scalp Clinic), el secreto está en comprender cómo funciona realmente el cabello y dejar atrás creencias populares.

Mitos
Uno de los mitos más extendidos es que el agua fría aporta brillo.
Proudman aclara que “no hay necesidad de ducharse con agua helada; el brillo depende del cuidado diario y la protección frente al calor y los químicos”.
En cambio, el agua muy caliente puede deshidratar el cuero cabelludo y resecar las fibras capilares.
El segundo mito apunta a los productos “milagrosos” que prometen reparar el cabello dañado o las puntas abiertas.
Las expertas coinciden en que el daño estructural no se puede revertir.
“Una punta abierta es como una media corrida, no hay forma de pegarla de nuevo”, explica Walker. Los tratamientos cosméticos solo ofrecen una mejora visual temporal.
También se desmiente la idea de que el cabello se limpia solo.
Proudman recuerda que el cuero cabelludo tiene más de 180,000 glándulas sebáceas y necesita una limpieza regular para evitar hongos, bacterias y malos olores.
“No lavarlo con frecuencia puede agravar problemas como la caspa”, advierte.
Finalmente, las especialistas aclaran que el champú seco no sustituye un lavado real. Puede usarse ocasionalmente entre lavados, pero no varios días seguidos.
“El exceso provoca acumulación de aceite y levaduras que irritan el cuero cabelludo”, explica Proudman.

Un cabello saludable no necesita trucos extremos, sino constancia, productos adecuados y atención al cuero cabelludo.
El brillo, la fuerza y la suavidad nacen de una rutina simple, equilibrada y basada en la ciencia, no en los mitos.
Fuente: BBC






