Si quieres disfrutar un dulce de leche auténtico, cremoso y con ese color ámbar irresistible, puedes hacerlo en tu propia cocina sin complicarte
Leer más: Prepara un suculento pollo a la cerveza para el almuerzo
Esta receta clásica requiere paciencia, pero el resultado vale totalmente la pena.
Con unos pocos ingredientes y un proceso cuidadoso, puedes lograr una crema suave, equilibrada en dulzor y perfecta para panqueques, alfajores, pasteles o para comer a cucharadas.
Ingredientes (para 2 porciones)
- 500 ml de leche entera fresca
- 100 g de azúcar blanca
- 40 g de azúcar morena
- 1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1 cucharadita de extracto natural de vainilla
- 1 cucharada de crema de leche (opcional, para un acabado más sedoso)
- 1 pizca de sal fina
- 1/2 cucharadita de miel

Preparación paso a paso
- Calienta la leche en una olla de fondo grueso a fuego medio para asegurar una cocción uniforme.
- Añade el azúcar blanca y la morena. Mezcla hasta que se disuelvan y la leche tome un tono dorado suave.
- Disuelve el bicarbonato en una cucharada de agua caliente y agrégalo lentamente. La mezcla espumará, es normal.
- Reduce el fuego al mínimo y cocina de manera constante, removiendo cada pocos minutos para evitar que se queme.
- Incorpora la vainilla, la pizca de sal y la miel para realzar sabor y aportar brillo natural.
- Cocina entre 60 y 80 minutos. La mezcla irá reduciendo y espesando.
- Cuando el color sea ámbar intenso y la textura cremosa, retira del fuego. Si quieres un toque más suave, añade la crema de leche.
- Deja enfriar a temperatura ambiente hasta que espese por completo.
- Guarda tu dulce de leche en frascos esterilizados y refrigéralo. Se conservará hasta tres semanas.
Con paciencia, fuego bajo y una buena olla, tú puedes lograr un dulce de leche brillante y delicioso, perfecto para cualquier postre.
Fuente: Comedera






