Las personas suelen hacer listas de propósitos para cumplir en el año nuevo y muy pocas tienen como objetivo el desaprender para ser mejores.
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Los expertos en psicología creen que muchas personas no se involucran en procesos de cambio por incomodidad y poco interés en modificar su propia perspectiva.
Según un artículo de psicología y mente, algunos escapan de la idea de modificar sus conductas porque les genera un pequeño beneficio. Bien sea evitar el fracaso, protegerse de otros, estar cómodos ante ciertas circunstancias, en fin, las razones varían.
Sin embargo, desaprender y volver a aprender, ser mejores y ver la vida desde otro punto de vista puede ser incluso mejor.

Desaprender para crecer
“Aferrarnos a paradigmas, hábitos o prácticas caducas limita nuestra creatividad y capacidad para resolver problemas de una nueva forma, probablemente más eficiente que la que solíamos usar antes”, sugiere la profesional Olivia Gracia.
A su juicio, el aprender a mirar, actuar, pensar y reflexionar desde otro punto de vista, abre paso a nuevas oportunidades. Impulsa el desarrollo personal y ayuda a transitar la vida desde un estado menos abrumador.
“Imagina que siempre vas al trabajo por el mismo camino y un día alguien te enseña un atajo más rápido y menos estresante. Usarlo demuestra que estás dispuesto a cuestionar y cambiar tus hábitos”, explicó Gracia.
La experta aclaró que no se trata de ignorar lo complejo de la vida y todo lo que implica, sino de aceptarlo y buscar una forma más “amigable” de vivirlo.
Desaprender y ser mejores humanos ayuda en el ámbito profesional y funciona como puente para conectar de forma más saludable.
Al mismo tiempo impulsa al cerebro a pensar y crecer, en vez de estancarse en un hábito lo invita a reflexionar y buscar otra forma de actuar.

Cambiar y ser mejores es urgente
En medio de una aceleredada sociedad, los profesionales consideran que dejar atrás viejas costumbres y reflexionar sobre lo que se piensa, dice y el cómo se actúa es urgente. No solo para convivir mejor, sino para marcar la diferencia.
“El cambio impulsa el desarrollo de nuevas capacidades para lidiar con conflictos, nos ayuda a tener más empatía, controlar las emociones y actuar con criterio. Sin duda nos ayuda a no vivir desde nuestro enfoque reactivo, acelerado o egoísta, sino desde ese lado humano, servicial y mucho más cordial que pocos tienen en la actualidad”, concluyó Gracia.
Fuente: Psicología y mente, Midvalley Blog, Aprende psicología estratégica






