Con esta orden ejecutiva, la Casa Blanca busca reforzar su mensaje de mano dura contra el fentanilo, aunque persisten dudas sobre el impacto real de la medida y sobre si su clasificación como arma de destrucción masiva tendrá efectos legales duraderos en la lucha contra el narcotráfico.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que clasifica el fentanilo ilícito y sus principales precursores químicos como armas de destrucción masiva, una decisión que eleva el tono de la lucha federal contra esta droga sintética responsable de miles de muertes por sobredosis en el país.
El mandatario presentó la orden como una medida histórica para enfrentar lo que describió como una amenaza directa a la seguridad nacional.

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Durante la firma en la Oficina Oval, Trump afirmó que el fentanilo causa un daño comparable o incluso superior al de un arma convencional.
Sostuvo que ninguna bomba genera el nivel de devastación que produce esta sustancia en comunidades de todo el país y aseguró que su administración intensificará el uso de todas las herramientas disponibles para frenar su producción y distribución.
El decreto instruye a la fiscal general, Pam Bondi, a iniciar de inmediato investigaciones y procesos judiciales por tráfico de fentanilo, bajo el argumento de que esta droga se asemeja más a un arma química que a un narcótico tradicional.
Además, ordena al secretario de Estado, Marco Rubio, y al secretario del Tesoro, Scott Bessent, tomar medidas contra activos e instituciones financieras vinculadas a la fabricación, venta o apoyo logístico del fentanilo ilícito, siempre dentro del marco de la legislación vigente.
La orden ejecutiva también establece que la producción y distribución de fentanilo representa una amenaza a la seguridad nacional, al considerar que organizaciones criminales y grupos catalogados como terroristas obtienen recursos de este negocio para financiar asesinatos, actos violentos e insurgencias en distintas regiones del mundo.
Según el texto, estas actividades debilitan la seguridad interna y afectan el bienestar general de la nación.
Sin embargo, expertos en derecho y seguridad nacional cuestionaron el alcance práctico del decreto. La legislación estadounidense ya tipifica como delito el uso, la amenaza o el intento de uso de armas de destrucción masiva, con penas que pueden llegar hasta la muerte en ciertos casos.
Esa misma ley define este tipo de armas como aquellas que contienen agentes biológicos, toxinas o vectores, lo que abre un debate sobre si el fentanilo encaja legalmente en esa categoría.
Dennis Fitzpatrick, exfiscal federal especializado en seguridad nacional, calificó la medida como un gesto político más que como una herramienta jurídica efectiva.
A su juicio, el decreto podría incluso complicar el trabajo de fiscales y agentes, quienes ya cuentan con estatutos claros y probados para procesar el tráfico de drogas. Fitzpatrick sostuvo que no existe una razón práctica para reclasificar el fentanilo y señaló que cualquier cambio de fondo en esta materia corresponde al Congreso, no al Ejecutivo.
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El anuncio se produjo en un contexto en el que las muertes por sobredosis en Estados Unidos registraron el año pasado una caída sin precedentes, al alcanzar su nivel más bajo en cinco años, según datos federales publicados en mayo.
Aun así, los opioides sintéticos, encabezados por el fentanilo, continuaron involucrados en la mayoría de esos fallecimientos, lo que mantiene la preocupación de las autoridades sanitarias y de seguridad.
En el mismo acto, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, destacó el papel de las fuerzas armadas en la protección de la frontera y anunció la reactivación de la Medalla del Servicio Fronterizo Mexicano, creada originalmente en 1918. Hegseth subrayó que los militares actuales portarán la misma condecoración que recibieron estadounidenses hace más de un siglo por defender la soberanía nacional.

Con esta orden ejecutiva, la Casa Blanca busca reforzar su mensaje de mano dura contra el fentanilo, aunque persisten dudas sobre el impacto real de la medida y sobre si su clasificación como arma de destrucción masiva tendrá efectos legales duraderos en la lucha contra el narcotráfico.
Fuente: CNN






