La llegada de Tilly Norwood reaviva un debate crucial: ¿puede la inteligencia artificial coexistir con el arte humano sin desplazarlo?
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La industria del cine atraviesa un nuevo episodio de tensión tras la irrupción de Tilly Norwood, una “actriz” generada por inteligencia artificial que ha provocado indignación en Hollywood.
Creada por la emprendedora Eline Van Der Velden, fundadora de la startup Particle6, Tilly se presenta en Instagram como una joven actriz en ascenso, pero en realidad es un personaje completamente artificial diseñado para cine y televisión.

Tilly Norwood
Desde que medios especializados revelaron que agentes de talentos y estudios contemplaban contratarla, las reacciones no se hicieron esperar.
Actores como Sophie Turner, Cameron Cowperthwaite y Ralph Ineson manifestaron su rechazo público, calificando el proyecto de “perturbador” y “desconsiderado”.
La polémica se intensificó cuando la cuenta de Instagram de Tilly acumuló cientos de comentarios críticos de profesionales de la industria.
Van Der Velden respondió a través de un comunicado, asegurando que Tilly no busca reemplazar a los actores humanos, sino que debe considerarse como “una obra creativa, comparable con la animación o los títeres”.
Sin embargo, muchos intérpretes subrayan que estas creaciones no existirían sin el trabajo previo de miles de creativos cuyo material habría servido para entrenar sistemas de IA sin consentimiento ni compensación.
La controversia recuerda las huelgas de guionistas y actores de 2023, donde la IA fue un tema central en las negociaciones sindicales.
Aunque los acuerdos lograron algunas protecciones frente a los grandes estudios, no impiden que startups independientes utilicen tecnología generativa para producir personajes y escenas que emulan el trabajo humano.
El sindicato SAG-Aftra ya se pronunció, advirtiendo sobre los riesgos del uso de “intérpretes sintéticos”.
En paralelo, gigantes como Disney y Universal han emprendido demandas contra empresas de IA por presunta infracción de derechos de autor.
La llegada de Tilly Norwood reaviva un debate crucial: ¿puede la inteligencia artificial coexistir con el arte humano sin desplazarlo?
Fuente: CNN