Historia y superstición detrás de los códigos de barras
Se estima que cada día se escanean diez mil millones de códigos de barras en el mundo
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El código de barras, esa serie de líneas negras que vemos a diario, tiene una historia fascinante llena de innovación y controversia.
Todo comenzó en 1949, cuando el ingeniero Joe Woodland, inspirado por líneas dibujadas en la arena, concibió la idea que años después perfeccionaría IBM. Sin embargo, su implementación no fue sencilla.
En la década de los 70, un equipo liderado por Paul McEnroe enfrentó múltiples obstáculos. Uno de los más inusuales fue la preocupación de los abogados de IBM sobre posibles demandas por “suicidios con láser”.
Para demostrar la seguridad del escáner, se realizaron pruebas con monos y finalmente se aprobó su uso. Así nació el Código Universal de Producto (UPC), que en 1974 debutó en un supermercado de Ohio, revolucionando la industria minorista.
Algunos sindicatos temían que los códigos de barras eliminaran empleos, mientras que ciertos grupos religiosos los asociaron con “la marca de la bestia”, una profecía bíblica del Apocalipsis. Incluso hoy, persisten teorías conspirativas sobre su uso.
Lejos de ser malignos, los códigos de barras se han convertido en una herramienta indispensable. Desde rastrear productos en supermercados hasta identificar medicamentos en hospitales y analizar el comportamiento de animales en estudios científicos, esta tecnología ha demostrado su versatilidad.
Se estima que cada día se escanean diez mil millones de códigos de barras en el mundo. Y aunque los avances como los códigos QR han ampliado su funcionalidad, el tradicional sigue vigente, siendo un símbolo de eficiencia en un mundo conectado.
La próxima vez que veas un código de barras, recuerda que detrás de esas líneas hay décadas de innovación y un impacto global.
Fuente: BBC
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