La FDA rechazó Addyi en dos ocasiones antes de aprobarlo en 2015, al considerar que su eficacia era modesta frente a los riesgos. La autorización final llegó tras una intensa campaña pública que denunció la falta de opciones para la salud sexual de las mujeres, más después de la menopausia, como una cuestión de equidad.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó la ampliación del uso de Addyi, una píldora diaria destinada a aumentar la libido femenina, para mujeres que ya han pasado por la menopausia, incluidas aquellas mayores de 65 años.
La decisión marca un cambio relevante en la política de salud sexual femenina y reabre un debate que acompaña al medicamento desde su llegada al mercado hace una década.

Leer más: Sarampión: la amenaza para la visión de los niños
Menopausia
Addyi, cuyo nombre genérico es flibanserina, recibió su primera autorización en 2015 para mujeres premenopáusicas diagnosticadas con trastorno del deseo sexual hipoactivo que reportaban angustia emocional por la disminución del deseo.
Con la nueva aprobación, la FDA permite su prescripción a un grupo etario más amplio, en un contexto donde millones de mujeres atraviesan cambios hormonales que afectan su bienestar físico y emocional.
El fármaco actúa sobre neurotransmisores cerebrales vinculados al estado de ánimo y al apetito, como la serotonina y la dopamina. A diferencia de medicamentos como el Viagra, que funcionan de manera inmediata, Addyi requiere consumo diario y busca generar cambios graduales en la química cerebral.
Desde su lanzamiento, Addyi no alcanzó las expectativas comerciales iniciales. Entre las razones figuran sus efectos secundarios más frecuentes, como mareos, náuseas y somnolencia, además de una advertencia de seguridad estricta relacionada con el consumo de alcohol.
La FDA mantiene una alerta que indica que combinar la píldora con bebidas alcohólicas puede provocar una caída peligrosa de la presión arterial y desmayos, un factor que ha limitado su aceptación entre pacientes y médicos.
Años anteriores
En 2019, la FDA aprobó una segunda opción terapéutica para la libido femenina baja, una inyección de uso puntual que actúa sobre mecanismos neurológicos distintos. Aun así, las alternativas disponibles siguen siendo escasas si se comparan con la amplia oferta de tratamientos para la disfunción sexual masculina.
La directora ejecutiva de Sprout Pharmaceuticals, Cindy Eckert, celebró la decisión y señaló que el aval para mujeres posmenopáusicas refleja años de trabajo con las autoridades sanitarias para visibilizar la salud sexual femenina como una prioridad médica legítima.
La compañía sostiene que muchas mujeres mayores experimentan una disminución persistente del deseo sexual que afecta su calidad de vida y merece opciones terapéuticas seguras y reguladas.
El trastorno del deseo sexual hipoactivo se reconoce desde la década de 1990 y, según encuestas, afecta a un porcentaje significativo de mujeres en Estados Unidos. Sin embargo, su diagnóstico genera debate dentro de la comunidad médica.
La libido puede verse influida por múltiples factores, como cambios hormonales, problemas de pareja, estrés, depresión, enfermedades crónicas y el uso de otros medicamentos, especialmente durante y después de la menopausia.
Por esa razón, las guías clínicas recomiendan que los médicos evalúen de forma integral cada caso antes de recetar fármacos. El enfoque incluye descartar causas psicológicas, relacionales o médicas que puedan explicar la falta de deseo.
Algunos especialistas incluso cuestionan que la disminución de la libido deba tratarse siempre como una condición médica, y advierten sobre el riesgo de medicalizar experiencias diversas del envejecimiento femenino.

FDA
La FDA rechazó Addyi en dos ocasiones antes de aprobarlo en 2015, al considerar que su eficacia era modesta frente a los riesgos. La autorización final llegó tras una intensa campaña pública que denunció la falta de opciones para la salud sexual de las mujeres, más después de la menopausia, como una cuestión de equidad.
Fuente: CNN






