Este queso frito rebozado combina sencillez y sabor en cada bocado, ideal para abrir una comida o disfrutar como tapa en casa
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El queso frito rebozado es un clásico aperitivo español que nunca falla. Crujiente por fuera y cremoso por dentro, este bocado es perfecto para compartir y se puede preparar con distintos tipos de queso.
En esta versión, usamos queso manchego tierno, que ofrece un equilibrio ideal entre textura y sabor, acompañado con una mermelada de tomate casera que realza su contraste dulce-salado.
Además de ser una receta sencilla, el secreto para un resultado perfecto está en el doble rebozado y en mantener las piezas refrigeradas antes de freírlas.
Esto garantiza una fritura limpia, con un exterior dorado y un interior fundente.
Ingredientes (para 4 personas)
- 400 g de queso manchego tierno
- 100 g de harina de trigo
- 1 huevo XL
- ½ cucharadita de sal
- 100 g de pan rallado
- 300 ml de aceite de oliva
- Mermelada de tomate (para acompañar)

Pasos:
- Corta el queso en triángulos de aproximadamente 1 cm de grosor.
- Prepara tres boles: uno con harina, otro con el huevo batido y sal, y un tercero con el pan rallado.
- Reboza el queso dos veces: pásalo por harina, huevo y pan rallado, y repite el proceso para sellar bien.
- Refrigera los triángulos de queso rebozado durante 30 minutos.
- Calienta el aceite (a unos 175–180 °C / 347–356 °F). Puedes probar la temperatura con un trozo de pan: si burbujea, está lista.
- Fríe el queso en tandas pequeñas, unos 10 segundos por cada lado, hasta que se dore.
- Escurre el exceso de aceite sobre papel absorbente.
- Sirve caliente con mermelada de tomate o de frutos rojos.

Este queso frito rebozado combina sencillez y sabor en cada bocado, ideal para abrir una comida o disfrutar como tapa en casa.
Fuente: Bon Viveur






