Las mascotas han acompañado al ser humano desde tiempos antiguos, pero en las últimas décadas su papel ha trascendido
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En la actualidad, la ciencia y la psicología reconocen la influencia terapéutica y emocional que pueden tener gatos y perros en los seres humanos.
Gracias a esto, surge el concepto de Emotional Support Animals (ESA) que son animales que proporcionan consuelo, compañía y estabilidad a aquellos que padecen trastornos psicológicos o emocionales.
Los animales identificados como ESA, tienen la capacidad de acompañar a jóvenes y adultos que atraviesan episodios de ansiedad, depresión, estrés postraumático o soledad.

¿Cuál es la diferencia de las mascotas de servicio?
A diferencia de los animales de servicio, como los perros guía para personas ciegas, las mascotas de apoyo emocional no requieren entrenamiento especializado.
Su función principal no es realizar tareas, sino proporcionar bienestar afectivo a través de la presencia y el vínculo con su dueño.
Si bien hay quienes dudan de estas capacidades, tanto psicólogos y psiquiatras coinciden en que el contacto con animales tiene efectos positivos comprobados sobre el cerebro humano.

Según la Asociación Americana de Psicología (APA) y diversos estudios en neurociencia afectiva, la interacción con una mascota pueden:
- Reducir el estrés y la ansiedad
- Aumentar la serotonina y la dopamina
- Fomentar rutinas saludables
- Reducir la sensación de soledad
- Mejorar la empatía y las habilidades sociales
- Evidencia científica y terapias asistidas
Asimismo, numerosas investigaciones han demostrado los beneficios psicológicos de las mascotas. Por ejemplo:
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2022) mostró que la presencia de un perro durante sesiones de terapia ayudó a reducir síntomas de ansiedad en adultos jóvenes.
Mientras que la Human Animal Bond Research Institute (HABRI) encontró que el 74 % de las personas con mascotas reportan una mejor salud mental desde que conviven con ellas.
En hospitales y residencias, las terapias asistidas con animales han mostrado mejoras en el estado de ánimo, la motivación y la recuperación emocional de pacientes con alzhéimer, depresión o estrés postraumático.

Tener en cuenta
Por supuesto, adoptar una mascota con fines de apoyo emocional implica compromiso, cuidado y respeto.
Los profesionales en salud mental advierten que los animales no sustituyen la terapia ni el tratamiento psicológico o farmacológico, sino que los complementan.
Además, es importante garantizar el bienestar del animal, brindándole atención veterinaria, ejercicio, afecto y un entorno seguro.
Fuente: APA, Mascotas por la vida, Vida canina