El huevo de invierno de la casa Fabergé rompió un récord mundial en subasta tras venderse por 30 millones de dólares.
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La pieza se convirtió en la obra más cara del joyero ruso y superó el récord mundial anterior que también fue otorgado a una de las joyas de Carl Fabergé.
El huevo de invierno fue adquirido por un comprador anónimo luego de una puja de 3 minutos, celebrada en la casa de subastas Christie’s en Londres.
Según la agencia EFE, la suma refleja la rareza de los huevos imperiales de la casa Fabergé. La joyería solo fabricó 50 piezas, pero con el paso del tiempo han desaparecido del ojo público y algunos pertenecen a instituciones o museos.

¿Qué lo hace tan especial?
El huevo de invierno es una pieza de joyería única, encargada por el emperador Nicolás II para dárselo de obsequio a la emperatriz María Feodorovna en 1913.
Regalar un huevo Fabergé era tradición familiar de los Romanov, inaugurada por el emperador Alejandro III. Este le regaló uno a su esposa, la misma Feodorovna, todos los años a partir de 1885.
Posteriormente, el emperador Nicolás continuó la costumbre tras su ascenso al trono en 1894.
Una obra de arte
La joya está adornada con más de 4,000 diamantes y al abrirse se puede apreciar unas anémonas de madera, talladas en cuarzo blanco.
Las anémonas del huevo de invierno están fijadas en una cesta tejida de platino con diamantes rosa engastados. Además, algunas de las anémonas simulan que están en plena floración y otras figuran medio cerradas.
En el centro de cada cabeza de anémona hay un granate demantoide engastado en un estambre dorado. Las hojas de los tallos dorados están talladas en nefrita verde pálido.

Para completar la obra de arte, toda la pieza está envuelta en cuarzo transparente que emula una especie de vidrio y el hielo irregular.
Se dice que la canasta en el interior del huevo representa a la primavera llegando luego del frío invernal.
Fuente: DW, Christie’s






