Expertos consideran que el giro implica un riesgo elevado y un cambio estructural que podría alterar profundamente el papel de Estados Unidos en la salud global
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La nueva “Estrategia de Salud Global Estados Unidos primero” del gobierno de Donald Trump ha encendido alertas entre especialistas, quienes sostienen que este enfoque podría debilitar aún más los sistemas de salud pública en países vulnerables.
La política, presentada como una ambiciosa reforma de la asistencia sanitaria internacional, surge tras los profundos recortes aplicados este año y la eliminación de la USAID, decisiones que forzaron a decenas de organizaciones a suspender o reducir programas esenciales.

Detalles del plan
El plan redirige la ayuda exterior hacia acuerdos bilaterales con países individuales en lugar de canalizarla mediante organizaciones internacionales.
El objetivo, según Washington, es impulsar a los países a fortalecer sus propios sistemas mientras Estados Unidos reduce los costos operativos y evita duplicidades.
Sin embargo, expertos en salud global alertan que esta transición abrupta puede generar efectos adversos, especialmente en naciones con capacidades limitadas para sostener servicios médicos.
Investigadores como Rachel Bonnifield, del Center for Global Development, consideran que el planteamiento podría funcionar para países con mayor desarrollo, pero resulta inviable a corto plazo para los más pobres.
Además, señalan omisiones evidentes, como la falta de énfasis en inmunización, salud reproductiva o nutrición.
Organizaciones humanitarias también advierten que muchos ministerios de salud no tienen alcance suficiente para cubrir “la última milla” y que las ONG, ahora excluidas, eran clave para llegar a poblaciones vulnerables.
Otros cuestionan la rapidez con la que se exigen los acuerdos y la presión que enfrentan países que dependen de esta asistencia para mantener sus programas.
La estrategia incorpora además un componente de intercambio de datos epidemiológicos por hasta 25 años, lo que ha generado preocupación sobre el posible uso de esa información con fines comerciales.

Mientras el Departamento de Estado asegura haber implementado salvaguardas y destaca el entusiasmo de los gobiernos negociadores, expertos consideran que el giro implica un riesgo elevado y un cambio estructural que podría alterar profundamente el papel de Estados Unidos en la salud global.
Fuente: CNN






