Los elementos vintage para la decoración del hogar han tenido momentos de auge y de declive a lo largo de los años.
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Si bien las tendencias cambian con rapidez y en ocasiones este estilo parece quedar relegado, lo cierto es que ciertos elementos aportan calidez, personalidad y funcionalidad a los espacios.
La clave está en saber elegirlos y combinarlos para que no se vean anticuados, sino integrados en un hogar actual.
De acuerdo con los expertos en diseño interior, comprar elementos vintage no se trata de elegir cualquier objeto viejo, sino de rescatar piezas con encanto que, además de decorar, puedan cumplir una función práctica.

Sugerencias
Antes de comprar, pregúntate si lo vas a usar. Una pieza bonita pero sin propósito práctico corre el riesgo de convertirse en un estorbo.
Revisa el estado de conservación
No olvides que los objetos de madera deben estar sólidos y sin polillas.
Mientras que los mecanismos como cajones, bisagras, relojes, lámparas deben funcionar o ser fáciles de restaurar.
Busca piezas que se integren
Gran parte de los elementos vintage lucen mejor cuando contrastan con lo moderno.
Un sillón antiguo puede destacar en una sala minimalista, mientras que una lámpara retro da carácter a una oficina contemporánea.

Evita la sobrecarga
Demasiados elementos vintage en un mismo espacio pueden dar sensación de desorden o “museo”, así que selecciona de 1 o 3 piezas clave por habitación.
Valora la historia personal
Los objetos heredados tienen un valor emocional que enriquece el hogar.
Darles un lugar en la decoración es mantener viva una memoria familiar.

¿Qué comprar?
Muchas modas pasan, pero algunos objetos vintage conservan su valor estético y práctico:
- Aparadores y cómodas: ideales para almacenamiento en sala, comedor o dormitorio.
- Espejos con marcos antiguos: agrandan visualmente espacios pequeños.
- Lámparas de mesa o de pie: aportan calidez y un punto focal.
- Baúles y maletas antiguas: funcionan como mesas auxiliares o para guardar textiles.
- Sillas y sillones de época: tapizados con telas nuevas se convierten en piezas únicas.
Fuente: L’Antic Colonial y Casa Soyer