Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que funcionan para imitar la acción de fumar, pero el humo es vapor de agua con otras sustancias.
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Todo este proceso es el resultado de una batería que calienta un líquido y lo transforma en el humo que se inhala.
Aunque existen muchas compañías que venden los cigarrillos electrónicos como dispositivos seguros, la realidad es otra.
Este tipo de vapeadores, en realidad no suelen contener solo vapor de agua. También se mezclan con nicotina, marihuana, hierbas y otros aceites que resultan contraproducentes para la salud pulmonar.
Los expertos en medicina sostienen que los cigarrillos electrónicos no contienen las mismas sustancias químicas peligrosas que tienen los cigarros, pero tampoco son del todo seguros.

¿Qué hay detrás de los cigarrillos electrónicos?
Según un artículo de The New York Times, una calada de un vapeador tiene el efecto de “estresar” inmediatamente el sistema cardiovascular.
“El ritmo cardiaco aumenta y los vasos sanguíneos se contraen, lo que puede endurecer las arterias del corazón con el tiempo. Cuando se utiliza estos dispositivos una y otra vez, básicamente se va con la presión arterial alta”, dijo James Stein, profesor de medicina cardiovascular en la universidad de Wisconsin.
A su juicio, las personas que utilizan estos dispositivos tienen grandes riesgos de desarrollar un ritmo cardiaco irregular, un accidente cerebrovascular e incluso un infarto.
Pero eso no es todo. Irfan Rahman, investigador del centro médico de la universidad de Rochester, explicó que cigarrillos electrónicos pueden liberar grandes cantidades de sustancias químicas.

Estas pueden filtrarse en los pulmones, entrar en el torrente sanguíneo y fluir hacia el corazón. También mencionó que los líquidos de los dispositivos pueden liberar carcinógenos conocidos como el formaldehído y el acetaldehído.
Todas estas sustancias pueden dañar los vasos sanguíneos, provocar inflamaciones y contribuir al riesgo de enfermedades cardiovasculares.
No son seguros
Stein agregó que los cigarrillos electrónicos tienen igual incidencia en las vías respiratorias. Además, pueden exacerbar el asma y los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Los profesionales de la salud sugieren evitar este tipo de dispositivos y recurrir a terapias de desintoxicación para liberar los pulmones de químicos dañinos.
Aunque los datos revelan que los cigarrillos electrónicos no tienen tanta incidencia como los cigarros normales, es un hecho que desencadenan problemas pulmonares a largo plazo.
Fuente: The New York Times






