Aunque esta tecnología aún se encuentra en fase inicial, podría revolucionar el futuro de la computación y la medicina
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Un grupo de científicos en Suiza está dando forma a una de las ideas más audaces de la bioinformática moderna: crear computadoras vivas a partir de células humanas.
En el laboratorio FinalSpark, ubicado en Vevey, los investigadores trabajan con “minicerebros”, organoides derivados de células madre de piel humana, que buscan replicar algunos procesos del aprendizaje de la inteligencia artificial.

Biocomputadoras
El objetivo es desarrollar biocomputadoras capaces de procesar información con un consumo mínimo de energía, muy por debajo de los métodos tradicionales.
Cada organoide está compuesto por miles de neuronas cultivadas que pueden conectarse a electrodos, recibir estímulos eléctricos y responder con patrones de actividad medibles, similares a los de un cerebro humano en escala microscópica.
Fred Jordan, cofundador de FinalSpark, explica que este enfoque representa “una nueva manera de entender lo que somos”, ya que combina biología y tecnología en un mismo sistema.
Los científicos compran las células madre a clínicas japonesas con protocolos de control estricto y las cultivan durante meses antes de integrarlas al hardware experimental.
Los organoides, sin embargo, enfrentan grandes desafíos: no poseen vasos sanguíneos, lo que limita su tiempo de vida a unos cuatro meses.
En sus últimos instantes, los investigadores han observado picos de actividad neuronal similares a los detectados en cerebros humanos antes de morir.
Aunque esta tecnología aún se encuentra en fase inicial, podría revolucionar el futuro de la computación y la medicina.
En paralelo, otros equipos, como el de la Universidad Johns Hopkins, utilizan minicerebros para estudiar enfermedades neurológicas como el alzhéimer o el autismo.

Los expertos coinciden en que la bioinformática no reemplazará a la inteligencia artificial basada en silicio, pero sí podría complementarla, ofreciendo una nueva frontera entre lo biológico y lo digital.
Fuente: BBC