la comunidad médica insiste en que el verdadero problema no es la falta de leyes coercitivas, sino la ausencia de recursos
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Donald Trump, anunció una nueva estrategia nacional que busca internar en hospitales psiquiátricos a personas sin hogar con enfermedades mentales graves, incluso sin su consentimiento.
Esto figura como parte de una política para “restablecer el orden público”.
Sin embargo, expertos en salud mental y organizaciones sociales advierten que la medida podría agravar la crisis humanitaria al tiempo que se recortan los programas que ofrecen apoyo y tratamiento.

Detalles
El decreto presidencial emitido en julio insta a los estados a ampliar las leyes de internamiento involuntario y los programas de tratamiento ambulatorio asistido (AOT).
Según Trump, el aumento de la indigencia y los delitos en espacios públicos justifica una intervención más estricta.
No obstante, especialistas como Jeffrey Swanson, profesor de psiquiatría en la Universidad de Duke, señalan que el sistema de salud mental estadounidense “está desfinanciado y sobrecargado”.
Cuenta con solo 18 camas psiquiátricas por cada 100,000 habitantes, lejos de las 60 recomendadas por organismos sanitarios.
La medida llega en un contexto de recortes presupuestarios que afectan directamente a Medicaid, la vivienda subsidiada y los programas de salud mental, pilares de la atención a esta población.
Se estima que el proyecto de gasto e impuestos de Trump reducirá Medicaid en más de 900 mil millones de dólares durante la próxima década.

Organizaciones defensoras advierten que el internamiento forzoso sin alternativas de vivienda o tratamiento sostenible puede resultar traumático y contraproducente.
En contraste, programas como Vivienda Primero, que priorizan el acceso a un hogar estable antes del tratamiento, han mostrado mejores resultados.
Mientras tanto, la comunidad médica insiste en que el verdadero problema no es la falta de leyes coercitivas, sino la ausencia de recursos y voluntad política.
Fuente: CNN