Una propuesta rápida y efectiva que demuestra cómo pequeños detalles pueden transformar por completo la apariencia
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En redes sociales circula una técnica de maquillaje que ha ganado popularidad por su capacidad para suavizar ojeras, disimular el cansancio y revitalizar la mirada sin necesidad de grandes retoques.
Este método, sencillo y práctico, combina dos tonos de corrector y dos de colorete para crear un efecto de luz y frescura que transforma el rostro en pocos minutos.

Detalles
La técnica inicia con un paso clave: iluminar el lagrimal. Al aplicar un corrector claro en el extremo interior de la ojera, se neutralizan las sombras profundas que suelen endurecer la expresión.
Esta pequeña cantidad de luz ayuda a abrir la mirada de inmediato.
A continuación, se incorpora un segundo corrector, apenas más oscuro, aplicado junto al anterior, hacia la mitad de la ojera.
La mezcla de tonos crea un degradado natural que equilibra el color y disimula las bolsas sin recurrir a capas gruesas de producto.
Esta combinación evita el efecto plano que suele generar un solo tono, y aporta mayor dimensión.
El tercer paso consiste en añadir un toque de colorete claro, como rosa suave o melocotón, justo al lado del corrector difuminado.
Este gesto aporta frescura y genera un efecto lifting sutil alrededor del pómulo.
Después, se suma un segundo colorete más intenso en la zona externa del ojo para reforzar el rubor y unificar la transición entre corrector y mejilla.
El método concluye con un difuminado preciso: primero sobre el corrector, para integrar los tonos sin marcar líneas; luego sobre el colorete, llevándolo suavemente hacia las sienes para levantar ópticamente el rostro.
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El resultado es una mirada más despierta y un rostro con luz propia, ideal para quienes buscan un efecto buena cara sin recurrir a técnicas complejas ni productos adicionales.
Una propuesta rápida y efectiva que demuestra cómo pequeños detalles pueden transformar por completo la apariencia.
Fuente: ¡HOLA!






