Incorporar estas frutas a la dieta no solo diversifica sabores, sino que potencia la salud con antioxidantes y energía natural
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La vitamina C es un nutriente esencial para la salud, indispensable en procesos como la cicatrización de heridas, la absorción de hierro y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Aunque tradicionalmente la naranja se ha asociado con esta vitamina, existen frutas que la superan ampliamente en concentración y beneficios.

Frutas
Entre ellas, destaca el kakadu o murunga, originario de Australia, considerado la fruta con más vitamina C del mundo: entre 2,300 y 3,150 mg por cada 100 gramos, muy por encima de los 53 mg que aporta la naranja.
En Sudamérica, el camu-camu, propio de la Amazonía, también sorprende con hasta 3.000 mg/100 g, y en algunos casos más de 4,000 mg.
Otra opción poderosa es la acerola o cereza de Barbados, con alrededor de 1,700 mg/100 g, muy popular en suplementos y jugos por su sabor refrescante.
El escaramujo, fruto silvestre del rosal, contiene entre 100 y 1,300 mg/100 g y se ha usado tradicionalmente en infusiones y jarabes contra resfriados.
La grosella india, apreciada en la medicina ayurvédica, aporta hasta 720 mg/100 g, con la particularidad de que sus compuestos naturales protegen la vitamina C de la degradación.
Por su parte, el baobab, llamado “árbol de la vida” en África, ofrece casi 500 mg/100 g en su pulpa seca, ideal para polvos y bebidas nutritivas.
Finalmente, la guayaba, muy popular en América Latina, puede contener hasta 500 mg/100 g, lo que equivale a casi cinco veces más vitamina C que una naranja.

Aunque la naranja sigue siendo una fuente accesible y deliciosa, estas siete frutas demuestran que la naturaleza ofrece alternativas aún más ricas para cubrir los requerimientos diarios de este nutriente esencial.
Incorporarlas a la dieta no solo diversifica sabores, sino que potencia la salud con antioxidantes y energía natural.
Fuente: BBC