Mantener un punto medio con la sal, acompañado de hábitos saludables, es la mejor forma de proteger tu corazón y tu bienestar
La sal es un condimento esencial en la cocina y en el correcto funcionamiento del organismo.
Sin embargo, los expertos coinciden en que el consumo excesivo es perjudicial, mientras que ingerir muy poca también puede representar un riesgo para la salud.

Datos
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo recomendable es no superar los 5 gramos de sal al día, lo que equivale a unos 2 gramos de sodio.
En Estados Unidos, las guías alimentarias sugieren un máximo de 2.3 gramos de sodio diario, aproximadamente una cucharadita de sal.
El problema es que gran parte del consumo no proviene del salero, sino de productos procesados como pan, sopas, embutidos, salsas y cereales.
El exceso de sal se relaciona con hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas, responsables de millones de muertes cada año.
Un metaanálisis de 13 estudios mostró que añadir 5 gramos adicionales diarios aumenta un 23 % el riesgo de sufrir un ictus.
No obstante, estudios recientes advierten que una dieta demasiado baja en sal también puede ser perjudicial.
Investigaciones con más de 170,000 personas demostraron que consumir menos de 7.5 gramos diarios se asocia con un mayor riesgo de problemas cardiovasculares y mortalidad.
En otras palabras, tanto un consumo alto como muy bajo podrían resultar dañinos.
Los especialistas coinciden en que lo más seguro es un consumo moderado, entre 3 y 6 gramos diarios de sal, adaptado a las necesidades individuales.
Además, una dieta rica en potasio, presente en frutas, verduras y lácteos, ayuda a contrarrestar los efectos del sodio en la presión arterial.

La conclusión es clara: ni el exceso ni la restricción extrema son la respuesta.
Mantener un punto medio, acompañado de hábitos saludables, es la mejor forma de proteger tu corazón y tu bienestar.
Fuente: BBC






