Carlos Graterol
17 de oct de 2024
Mantén un cuidado adecuado, adaptando tu rutina a las necesidades de tu cuero cabelludo y tipo de cabello, para lucirlo siempre saludable y brillante
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Para tener un cabello sano, es importante lavarlo correctamente. Un error común es amontonar el pelo en la coronilla al aplicar el champú, lo que puede causar enredos difíciles de deshacer. Lo mejor es distribuir el producto de la raíz a las puntas, siguiendo la dirección de las cutículas para evitar el daño.
En lugar de frotar todo el cabello, concéntrate en el cuero cabelludo, ya que ahí es donde se acumulan la grasa y la suciedad. Al enjuagar, el champú limpiará el resto del cabello sin necesidad de insistir en las puntas.
Otro aspecto esencial es la temperatura del agua. El agua tibia es ideal para eliminar la grasa y las impurezas, pero evita que esté demasiado caliente para no irritar el cuero cabelludo. Mantén una temperatura cercana a los 38 °C para una limpieza eficaz y suave.
Al secar el cabello, evita frotarlo con fuerza con la toalla, ya que esto puede dañar la estructura capilar. Lo mejor es presionar suavemente o enrollarlo en la toalla para que absorba el exceso de agua. Si prefieres usar un secador, evita el calor extremo para no debilitar el cabello.
En cuanto a la frecuencia del lavado, es importante hacerlo regularmente, pero sin exagerar. Lavarse el cabello todos los días no necesariamente lo daña, pero si lo sientes más seco, considera cambiar de producto. Mantén un cuidado adecuado, adaptando tu rutina a las necesidades de tu cuero cabelludo y tipo de cabello, para lucirlo siempre saludable y brillante. Fuente: Head and Shoulders
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